A la cual cada uno de nosotros elaboró su propia propuesta concreta y debatimos los aspectos necesarios.
Por mi parte la propuesta era la siguiente, elaborar una definición, tratando de hacérselo entender a una persona que no supiese de que figura estamos hablando, como si de Marte hubiese venido, y no supiese nada acerca del tema. Y para ello, esta figura de artista, ha de reunir cuatro requisitos explicados en los siguientes cuatro puntos:
- Señalar si el artista aporta o no aporta algo a la sociedad de su tiempo.
- Señalar si habla o no de algo que acontece al resto.
- ¿Hace pleno uso de su libertad de expresión?
- Cuestionarse si utiliza su medio de expresión de manera destacable.
Tras esta propuesta personal y poner en común el resto surge la siguiente cuestión, ¿quién legitima en este ámbito, quién dice que un artista es un artista?
Llegamos a la conclusión de que en el arte no existe un colegio de artistas visuales que dictamine, si no que tiene que ser el público en general el que se pronuncie, y en el caso del arte nos encontramos con un público no capacitado para dictaminar qué es arte, y quienes son los artistas. Habría que formar al público para que tuviese cultura visual y poder juzgar.
Además el tema del mercado del arte también confunde, ya que se piensa erróneamente que lo que se vende es lo bueno.En sí, esta sesión y debate a parte de hacernos cuestionar nuestro papel como artistas y el significado como figura dentro del mundo, denotó la gran carencia de formación en arte que la sociedad de nuestro tiempo tiene.
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